sábado, 31 de marzo de 2012

Las ganancias de los intermediarios

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Donde el intermediario logra más ventajas que el productor, ocurre algo similar al rol secundario del sexo femenino.

Es oportuno recordar que los artículos incluidos en este blog están dedicados a encontrar explicaciones a la pobreza patológica, es decir, aquella escasez de recursos materiales que afecta a personas que no la desean y que procuran infructuosamente erradicarla de sus vidas.

Es adecuado suponer que los fenómenos de «producción» y de «re-producción» son tan similares que podríamos fusionarlos al solo efecto de proponer algunas hipótesis.

Si, como digo en otro artículo (1), las mujeres tienen menos poder económico que los varones siendo que del cuerpo de ellas depende lo más importante que tenemos que hacer los humanos que es conservar la especie (2), podemos suponer que estamos haciendo una selección adversa, estamos subvirtiendo los valores, estamos poniendo patas arriba el orden de prioridades.

En otras palabras, sería correcto que las mujeres, por pertenecer al sexo que hace casi todo el esfuerzo físico por mantener la especie, tuvieran más poder económico, mayor protagonismo en la toma de decisiones trascendentes y un lugar de privilegio en nuestras culturas.

Como podemos constatar, el sexo que más (re)produce es el que ocupa el segundo (último) lugar en el reparto de privilegios (económicos, de mando, de estatus).

Visto este estado de cosas, concluyo que en nuestra especie,

— producir (o re-producir) está decisivamente desestimulado y, por el contrario,

— aprovechar abusivamente esa (re)producción para administrarla en beneficio propio, sí está estimulado porque en los hechos es lo que ocurre: los varones tenemos más privilegios, poder económico y poder de decisión que las mujeres.

Algo parecido ocurre con los fenómenos de intermediación. En muchos mercados de países con altos índices de pobreza, vemos que el productor gana mucho menos que el empresario encargado de comprarle la producción para revenderla.

(1) El desPRECIO al trabajo corporal

(2) Blog «La única misión»


(Este es el Artículo Nº 137)

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