sábado, 5 de octubre de 2013

La inteligencia justifica cualquier aberración



 
Nuestra inteligencia también sirve para justificar cualquier aberración. Por esto, algunos apoyan, o no critican, las condenas a muerte.

¿Será cierto que la Revolución Cubana fusiló a miles de opositores?

Tanto podemos pensar que es cierto como que no es cierto.

La duda está en que los humanos tenemos intenciones homicidas reprimidas y no nos extrañaría que algunos semejantes las tengan menos reprimidas que otros.

En algunos artículos publicados he sugerido que el principio de propiedad privada, en nuestra especie, no está tan arraigado como suponemos. Más bien es una norma que nos hemos impuesto para organizar mejor nuestra convivencia, pero que en el fondo, no estamos muy de acuerdo con ella. No es una idea que salga de nuestro instinto, más bien está impuesta por la cultura y, como ocurre con otras imposiciones culturales, estamos permanentemente tentados a transgredirla.

Por estas intenciones es que nos escandalizamos cuando somos víctimas de un robo, pero nos distraemos cuando evadimos impuestos; por estas intenciones es que condenamos la pena de muerte en general, aunque nuestra cabeza se llena de excepciones cuando la indignación nos convierte en homicidas seriales alegando que tendríamos que hacer justicia ejemplarizante.

Las condenas a muerte están inspiradas en un idealismo infantil, según el cual matamos para que «nunca más» ocurra eso que tanto nos molestó.

Los delitos contra la propiedad y contra la vida, (robos y homicidios), intentan ser justificados porque algunos tienen más de lo que necesitan, porque algunos no saben cuidar lo que tienen, porque los ladrones solo se toman demasiadas atribuciones. Asimismo, los asesinos seriales (como podrían ser los líderes de la Revolución Cubana), alegan que, sin esa «limpieza», el objetivo revolucionario quedaría tan mal protegido como el que sufre un robo porque descuida sus bienes.

Nuestra inteligencia también sirve para justificar cualquier aberración.

(Este es el Artículo Nº 2.040)

La biología milagrosa

 
Si nos enteramos de cuántos factores depende el fenómeno vida, cada cumpleaños festejamos una continuidad que parece milagrosa.

Felizmente, todos mis compañeros de especie, me permiten pensar que el día de mi nacimiento el planeta «empezó» a dar vueltas alrededor del Sol.

Si bien él ya venía haciendo ese recorrido desde hace milenios, yo puedo pensar, y nadie me contradice, que el día en que nací, todo comenzó.

Claro que este es mi punto de vista porque, observemos algo que a todos nos ocurre: siempre estamos en el centro de la realidad que podemos percibir. Según nuestra percepción, los acontecimientos ocurren a nuestro alrededor.

Por eso hoy, 29 de setiembre de 2013, muchos familiares, amigos y conocidos me saludan y yo puedo soñar con que estamos conmemorando la vez número 69 que la Tierra pasó por el mismo lugar..., desde que nací, claro. En el fondo, debo reconocer que ha pasado miles o millones de veces por el mismo lugar, pero para mí en particular, solo pasó 69 veces, porque son los años que cumplo.

El hecho de que sea nuestra costumbre conmemorar los cumpleaños haciendo referencia a algo tan enorme y eterno como es la circunvalación de la Tierra alrededor del Sol, no deja de ser un hecho ilusorio, ligeramente arrogante, pero inevitablemente placentero.

No podemos desconocer que la expresión «cumple años», deliberadamente evita pensar en la otra expresión, esa que podría significar «haber llegado vivo hasta hoy».

Haber conservado la vida mientras el planeta dio 69 vueltas alrededor del Sol, es una suerte que merece ser festejada.

Comprendo a quienes prefieren no saber mucho de anátomo-fisiología pues, a medida que uno se va enterando de cómo funcionamos, tenemos que reconocer que es casi un milagro que todo funcione bien y que el fenómeno vida se conserve.

(Este es el Artículo Nº 2.036)


La seducción y el riesgo de violación



 
Los ataques sexuales son entendibles, aunque nunca justificables, porque las creencias humanas pueden ser insólitas y conviene tenerlo en cuenta.

Como he dicho en varios artículos (1), parecería ser que son las mujeres las que, cuando están ovulando, seducen a los varones, así como en todas las demás especies mamíferas son las hembras las que, en estado de celo, convocan a los machos para que las embaracen.

Las hembras mamíferas, en general, emiten un cierto olor (feromonas) que excita sexualmente a los machos, pero no podríamos asegurar esto mismo de las hembras humanas, aunque justo es reconocer que, en la actuación seductora, ellas suelen potenciar sus atractivos utilizando perfumes deliciosos.

Los hombres somos casi todos normales, pero una minoría tiene formas de reaccionar atípicas.

Estas anormalidades incluyen las formas personales de interpretar la realidad, diferentes a la interpretación que hace la mayoría.

Así como algunos piensan que nadie los mira, de tan insignificante que se sienten, otros, por el contrario, piensan que todo el mundo está pendiente de ellos y hasta llegan a convencerse de que son perseguidos (paranoia).

Todas las conductas religiosas incluyen algunas percepciones e interpretaciones de la realidad que son especiales, aunque pasan desapercibidas porque el misticismo difícilmente cause problemas sociales.

Así como no sería atinado que alguien anduviera contando dinero por la calle, tampoco es razonable que las mujeres se muestren muy seductoras, pues la Naturaleza genera fenómenos reproductivos absolutamente independientes de los convencionalismos sociales que nos hemos dado para que ninguna mujer sea violada.

Desconocer la condición humana no impide su actuación. Desconocer el impulso sexual incontrolable de algunos varones, no evita que estos ataquen sexualmente a una mujer que, según su particular forma de interpretar lo que perciben, consideren que fueron convocados por ellas.

Las creencias humanas pueden ser insólitas y conviene tenerlo en cuenta.

 
(Este es el Artículo Nº 2.029)

Los genocidios conservadores de la especie

 
En nuestra especie la Naturaleza asegura su conservación con esporádicas y angustiantes muertes masivas.

Cursa el mes de setiembre de 2013 y les diré todo lo que sé sobre el conflicto armado que tiene como centro de las acciones bélicas a Siria.

Lo que sé es que, por alguna razón, Estados Unidos los atacará, que otros países estarán de acuerdo con el atacante y que otros estarán de acuerdo con los atacados.

Lo más importante que sé es que en estos tiempos y en esa zona, la tasa de fallecimientos crecerá en forma alarmante.

Respecto a este asunto en particular, no sé nada más.

Con esta breve información deseo compartir con ustedes dos reflexiones.

Puesto que son vidas, como las nuestras, las que están en peligro de perderse, padeceremos diversos grados de angustia, que trataremos de calmar de diversas formas:

— Autoengañándonos con que no nos importan nada;

— Leyendo afanosamente toda interpretación que caiga en nuestras manos, porque de esa manera, devorándonos las noticias, imaginaremos que podremos dominar las circunstancias trágicas «digiriéndolas» (Sí, ya sé, parece un disparate, pero así actúa nuestro inconsciente: tratamos de conocer solo cuando tratamos de dominar algo que nos angustia);

— Imaginando que protestando en Facebook modificaremos el curso de los acontecimientos.

La segunda reflexión que deseo proponerles es peor que la primera.

1º) Los seres humanos no tenemos libre albedrío sino que estamos 100% determinados por muchos factores: genéticos, ambientales, culturales, meteorológicos, hormonales, y un nutrido etcétera);

2º) Bajo estas condiciones naturales e incontrolables, podría pensarse que en nuestra especie tenemos que morirnos o matarnos cada tanto y en grandes cantidades, porque así se tonifica nuestro instinto de conservación.

Asociado a este genocidio programado por la Naturaleza, tenemos que alarmarnos, atemorizarnos, agitar nuestro pensamiento, angustiarnos.

Con este espantoso procedimiento, ya somos siete mil millones de ejemplares.

(Este es el Artículo Nº 2.017)


El amor entre los árabes



 
Al interpretar la imagen y la letra de una canción, (adjuntas), podría pensarse que nadie ama más que un árabe.

A partir de una fotografía y de la letra de una famosa canción, les comentaré algo que en general se interpreta de otra forma.

Como puede verse en la fotografía, un varón joven abraza a quien, supuestamente, es una mujer, probablemente su novia. Las dudas sobre la identidad de ella surgen porque está cubierta, de pies a cabeza, con un ropaje negro.

Como puede leerse, la canción lleva por título «Te llevo bajo mi piel», y refiere a lo que dice un varón enamorado de alguna mujer.

Si fuera posible abandonar momentáneamente la indignación que suele provocar la cultura musulmana, sobre todo en lo que tiene que ver con la condición de la mujer, aprovecharía ese espacio de tolerancia para comentar una hipótesis interpretativa.

Todos necesitamos ser amados, pero la mujer necesita ser amada, protegida y provista de lo que necesite, porque, según he propuesto en otros artículos (1), ella hace quizá el 90% de la única tarea importante de nuestra especie: gestar y alimentar a los nuevos ejemplares, esos que llenarán las vacantes que dejaremos cuando muramos.

Podríamos pensar que esa foto nos «dice» que ambos jóvenes están vestidos con una única prenda, que abriga, oculta, protege a un solo cuerpo, el de ella y el de él.

Quizá ese muchacho siente realmente que ella está debajo de su piel..., como dice la letra de la canción.

Partiendo de la premisa indiscutible que nadie quiere a otro más que a sí mismo, podríamos pensar que ese varón quiere a la mujer como si fuera parte de él. Ella es su útero, sus senos, así como él es el pene de ella.

Podría pensarse que nadie ama más que un árabe.

Te llevo bajo mi piel
I've got you under my skin
Te llevo bajo mi piel
Te llevo en lo profundo de mi corazón
Tan profundo en mi corazón
Que ya eres parte de mí.

Te llevo bajo mi piel
He tratado de no ceder
Y me dije:
Este romance no funcionará.

Pero, ¿por qué debería resistirme
Cuando, nena, sé perfectamente
Que te llevo bajo mi piel?

Sacrificaría cualquier cosa
Pase lo que pase
Por tenerte cerca
A pesar de una voz de advertencia
Que aparece de noche
Y repite, repite en mi oído:

"¿No sabes, pequeño tonto,
Que nunca ganarás?
Usa tu cerebro,
Despierta a la realidad."


Pero cada vez que lo hago
Tan sólo pensar en tí
Me detiene antes de empezar
Porque te llevo bajo mi piel.

[ instrumental ]

Sacrificaría cualquier cosa
Pase lo que pase
Por tenerte cerca
A pesar de la voz de advertencia
Que viene de noche
Y repite - cómo grita en mi oído:

"¿No sabes, pequeño tonto,
Que nunca ganarás?
¿Por qué no usar tu cerebro,
Activarte, despertar a la realidad?"


Pero cada vez que lo hago
Tan sólo pensar en tí
Me hace detener antes de empezar
Porque te llevo bajo mi piel.
Sí, te llevo bajo mi piel.

I've got you under my skin
I've got you deep in the heart of me
So deep in my heart
That you're really a part of me.

I've got you under my skin
I'd tried so not to give in
I said to myself:
This affair never will go so well.

But why should I try to resist
When, baby, I know so well
I've got you under my skin?

I'd sacrifice anything
Come what might
For the sake of havin' you near
In spite of a warnin' voice
That comes in the night
And repeats, repeats in my ear:

"Don't you know, little fool,
You never can win?
Use your mentality,
Wake up to reality."


But each time that I do
Just the thought of you
Makes me stop before I begin
'Cause I've got you under my skin.

[ instrumental ]

I would sacrifice anything
Come what might
For the sake of havin' you near
In spite of the warnin' voice
That comes in the night
And repeats - how it yells in my ear:

"Don't you know, little fool,
You never can win?
Why not use your mentality,
Step up, wake up to reality?"


But each time I do
Just the thought of you
Makes me stop just before I begin
'Cause I've got you under my skin.
Yes, I've got you under my skin.


Versión de Frank Sinatra en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=OqH7VwpSwBo 

   
(Este es el Artículo Nº 2.013