Las mujeres tienen más coraje que los varones porque sus genitales están dentro del cuerpo.
Observen qué asunto irritante.
El verbo «presidir», como cualquier otro, tiene una forma verbal, el participio pasivo que es «presidiendo» y otra, el participio activo, que es «presidente».
Por regla general los participios no tienen género, por lo tanto no existe el vocablo «presidenta».
Esto es así, no cabe ninguna duda, es una verdad indiscutible.
Pues bien, como la verdad no existe, vemos que la Real Academia ha incorporado el vocablo «presidenta», fundamentalmente porque a los usuarios nos gusta, nos queda cómodo, preferimos que exista ese vocablo y nos importa muy poco que la norma gramatical diga otra cosa.
Aclarado este asunto tan importante para la vida de cada uno, pasemos a otro asunto más importante aún: La Argentina tiene una presidenta, reelecta por una aplastante mayoría de votantes.
Esta mujer, cuyo carisma y capacidad oratoria no pueden estar en discusión, parece que en este segundo período de gobierno está tratando de poner «la casa en orden».
«La casa», para ella, no es su país sino la especie.
Toma decisiones políticas que afectan adentro y afuera de su país, con un grado de temeridad pocas veces visto en varones.
No puedo evaluar si está haciendo las cosas bien o mal, porque como yo soy varón, mi juicio podría estar alterado por la envidia de su coraje.
Sin embargo ocurre algo que para el psicoanálisis justifica a los varones que tenemos menos capacidad ejecutiva que las mujeres, sean o no famosas.
El psicoanálisis explica que los varones audaces son menos audaces que las mujeres audaces, porque tienen los genitales en la parte exterior del cuerpo, mientras que ellas los tienen más protegidos. Esto explica por qué tienen más coraje.
(No se consuela quien no quiere).
(Este es el Artículo Nº 119)
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