Algunas conductas actuales contribuyen a enlentecer el crecimiento demográfico.
En otras oportunidades he publicado algunos artículos sobre el fenómeno de la superpoblación en nuestra especie.
Es un tema interesante, no por lo que podamos hacer al respecto (porque es la naturaleza la única que «hace y deshace»), sino para poder entender algunas particularidades de nuestra época, que hasta donde puedo ver, podrían ser reacciones automáticas de la biósfera que se disparan cuando los humanos somos muchos teniendo en cuenta el tamaño fijo que tiene el planeta.
Uno de esos artículos (1) proponía la hipótesis de que los movimientos feministas procuran en última instancia que las mujeres tengan especialmente dificultada su capacidad de gestación.
Esta ideología procura que la mujer tenga los mismos derechos que el hombre, para lo cual tendrá derecho a trabajar, a pelear en los ejércitos, a trabajar en tareas pesadas.
El feminismo procura (indirectamente) que las mujeres, para disfrutar de sus nuevos derechos, ahora no tengan más remedio que embarazarse menos veces que en las generaciones anteriores.
Otro de esos artículos (2) refiere al deseo que manifiestan grandes colectivos por apartarse del estrés, por buscar una vida espiritual llena de calma, meditación, yoga, espiritualidad.
El estado beatífico que procuran millones de personas implica el desapasionamiento, tomar distancia con la pasión sexual, desvincularse de los deseos genitales por considerarlos excesivamente perturbadores.
Esta vocación casi religiosa, casi mística, amante de la paz, los ubica en las antípodas de los actos reproductivos y los acerca a la frigidez.
Para escándalo de estos místicos puritanos, los jóvenes se fotografían desnudos y se envían por mensaje de texto las imágenes a las redes sociales.
El sexting, es decir sexo por mensajes de texto, los desmotiva para tener sexo real y reproductivo. El deseo sexual se agota en la pornografía y no se reproducen.
(1) Más producción y menos reproducción
(2) La admirada frigidez de los sabios
(Este es el Artículo Nº 120)
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