La «obligación» es la
percepción subjetiva de cumplir con nuestra única misión: conservar la especie.
¿Qué es una obligación? Una obligación es el
registro (sentimiento, reconocimiento) subjetivo que tenemos los humanos cuando
actuamos «obligados»
por las fuerzas naturales.
Por
ejemplo, tenemos el impulso natural a defender nuestra vida aunque le cueste la
vida a nuestro atacante, es decir, «tenemos la obligación de conservar nuestra
vida».
¿Cómo llega
a ocurrir todo esto? El instinto de conservación, los reflejos neuromusculares
propios de nuestra anátomo-fisiología, actuarán automáticamente con el
desenlace previsto: mataremos a quien intente matarnos, nuestra naturaleza le quitará
la vida a quien intente matarnos porque no podemos evitar protegernos. Estamos
«obligados» a conservar nuestra existencia.
La misma
energía que aplicamos para no suicidarnos, a pesar de tener fantasías con ese
tema, es la que aplicamos para no ser matados por otros.
Una vez que
el hecho tomó estado público y somos llevados ante un juez, este dictaminará
que las circunstancias nos impusieron la obligación de matar al agresor en
legítima defensa.
No es el
juez en realidad quien sentenció que teníamos la obligación de conservar
nuestra vida, sino que el juez repitió como propia lo que es una condición
natural, esto es, la obligación de cumplir con la única misión (1) de conservar la especie (individual y
colectivamente).
Donde este
punto de vista nos trae particulares complicaciones es con nuestros normales
deseos homosexuales.
Observen
que mujeres y varones aprendemos a amar a nuestra madre.
Las
mujeres, es decir, quienes realizan el 90% del fenómeno reproductivo (2),
tienen un fuerte deseo homosexual porque aman y desean a la mujer-madre.
El
sentimiento de culpa, tan presente y enérgico en el sexo femenino, puede estar
provocado porque ellas desearían practicar la homosexualidad para lo cual
tendrían que abandonar la obligación de conservar la especie (reproducirse).
(Este es el
Artículo Nº 1.558)
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