viernes, 4 de mayo de 2012

La belleza del hermafrodita excitado



Existe la posibilidad de que nuestro modelo de belleza ideal sea el de una mujer con pene erecto.

¿Cuál es el modelo de belleza? Nuestro cerebro, ¿qué formas, proporciones y colores encuentra más hermosos?

Parecería ser que lo más bello para nuestro cerebro es el cuerpo del ser humano.

Esta aseveración tendría un fundamento importante: narcisísticamente nuestro cerebro percibe que nada es más bello que nuestra especie.

Parecería ser que de los cuerpos humanos, el femenino es más bello que el del varón.

Esta aseveración tendría un fundamento importante: la mujer es más hermosa que el hombre simplemente porque nacimos de una mujer y fue ella la que nos enseñó sobre el erotismo dándonos de comer (¡con su cuerpo!), nos higienizaba, abrigaba, acunaba.

Hasta acá una mayoría de ustedes podría acompañarme porque tradicionalmente se ha dicho que la mujer es hermosa mientras que el hombre es más atractivo si es varonil, lo cual implica decir que debería ser poco femenino, lo cual implica decir que debería ser feo.

Lo que deseo comentarles es que quizá existe en los humanos un modelo de perfección que se volvió inconsciente porque es inconfesable.

Este modelo es el de una mujer dotada de un pene erecto con los respectivos testículos.

Lo repito: la belleza ideal para la mente humana podría representarse por una mujer dotada de los genitales masculinos en estado de erección.

Esta propuesta surge de una forma de deducir que funciona en otras áreas menos irritantes de nuestra sensibilidad.

Efectivamente, podemos pensar que el arte escultórico, pictórico y arquitectónico recurre a formas alargadas y rígidas (pene erecto) para gratificar nuestras apetencias estéticas y no recurre a formas que pudieran evocar a una vagina (hueco, caverna, vacío).

En suma: Quizá debamos reprimirlo, ignorarlo, descalificarlo, pero nuestro modelo de belleza es un hermafrodita excitado.

(Este es el Artículo Nº 1.554)

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