martes, 3 de julio de 2012

Cómo cada uno satisface sus necesidades y deseos



Las clases socio-económicas pueden describirse teniendo en cuenta la cantidad de recursos que necesitan para satisfacer sus necesidades y deseos.

Es posible pensar que la mayoría de los seres humanos deja de producir cuando tiene lo que necesita y desea.

No es posible saber cuántas personas no son ricas porque no tienen ganas de serlo.

Son las necesidades y los deseos insatisfechos los que alientan la productividad, el ahorro y el enriquecimiento.

Sin embargo, algunas personas con rasgos similares a la bulimia, una vez que han logrado dar plena satisfacción a sus necesidades y deseos, continúan buscando más y más recursos.

Los artículos que integran este blog aluden a la «pobreza patológica», entendiendo por tal aquella que no está dentro de los objetivos de quien la tiene y contra la que lucha infructuosamente.

Es posible hablar de «riqueza patológica» (1).

Efectivamente, así como los bulímicos son personas que no logran saciar su hambre, es posible suponer que los ricos son personas que no logran dar satisfacción a las necesidades y deseos que se satisfacen con dinero.

En una visión panorámica de nuestra especie, podemos observar que existe:

— Un grupo mayoritario de personas pobres cuya calidad de vida requiere que las necesidades y los deseos se mantengan moderadamente satisfechos;

— Un grupo minoritario de personas ricas, demanda exactamente lo contrario al anterior pues necesitan que las necesidades y los deseos sean satisfechos con inmediatez, con recursos excesivos y hasta sobreabundantes. Parte del plus que necesitan lo gastan en exaltar publicitariamente sus propias virtudes pues también son bulímicos consumidores de aprobación, prestigio, poder, figuración, ostentación, lujo;

— La clase media está compuesta por personas que paran de producir cuando tienen lo suficiente. Respecto a la satisfacción de sus necesidades y deseos poseen una actitud equidistante entre los pobres y los ricos.


 

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