miércoles, 3 de octubre de 2012

La enseñanza con el mal ejemplo



   
Vencer la resistencia al estudio de los niños y adolescentes, educa con el ejemplo para la violencia, el abuso, la desconsideración.

Aunque el afán de ser grandiosos nos confunda, lo que parece cierto es que nuestro única misión es conservarnos individualmente y como especie (1).

La confusión es realmente importante. Lo que hacemos para ganar lo necesario para vivir (comprar alimentos, vestimenta, alojamiento) es complicadísimo.

Al suponer que somos la especie más inteligente, necesitamos creer que la inteligencia humana es la mejor, por eso preferimos no detenernos a pensar que los seres menos inteligentes resuelven sus problemas vitales (conservación y reproducción) de manera infinitamente más simples.

¿Es inteligente pensar que las soluciones complicadas son mejores que las soluciones simples? Parece raro pero sí: trabajar más horas, estresarnos, repartirnos mal los bienes, son síntomas de inteligencia superior. ¡¡Rarísimo!!

La educación tiene por objetivo construir en nuestras mentes esa complejidad. Por eso la extravagancia progresa con la edad y los niños son más simples que los adultos.

Nuestra inteligencia superior nos lleva a estudiar durante muchos años asuntos radicalmente alejados de nuestro interés.

Los niños y los jóvenes estudiantes tienen apetencias diferentes a lo ofrecido por el sistema educativo.

La situación es abusiva, arbitraria, violatoria. Para una mente ingenua como la de los niños y adolescentes, es injusta, amoral, indignante.

Todos hemos pasado por esa etapa y hoy somos el resultado de aquellas experiencias.

— Si en la niñez nos sentimos víctimas de la violencia, probablemente nos parece que la violencia es un método legal, útil, imprescindible, y trataremos de aplicarla cuanto antes;

— Si en la niñez nos sentimos abusados porque hicieron con nosotros lo que quisieron, ignorando despreciativamente nuestra resistencia, como adultos pensaremos que no está tan mal violar, aprovechar egoístamente la debilidad del otro.

Estas vivencias también fueron educativas, ejemplarizantes, imitables.


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