Porque nuestro cerebro hace comparaciones y asociaciones, resulta que la represión sexual indirectamente termina inhibiendo las «coincidencias» (acuerdos, contratos, negociaciones, pactos, alianzas).
El psicoanálisis propone que nuestro cerebro produce comparaciones, analogía, equivalencias, asociaciones y otras funciones más que implican apartarse de la realidad material, de la percepción objetiva.
Por ejemplo, pensamos que la justicia se parece a una balanza de dos platillos porque este instrumento de medida funciona tomando en cuenta la igualdad de los pesos y la justicia trata de que todos seamos iguales ante la ley para que nadie tenga más «peso» (privilegios) que otros.
Decimos que la balanza simboliza a la justicia.
Por similares motivos decimos que las palomas simbolizan la paz y el amor, la hoz y el martillo a los trabajadores rurales e industriales según la visión comunista.
Los símbolos son abundantes y variados, pero se parecen en que provocan en nuestro cerebro significados colaterales al más explícito (una balanza no es más que una balanza).
He mencionado otras veces (1) que lo único que tenemos que hacer los humanos, al igual que los demás seres vivos, es conservar la vida —individual y de la especie—.
Porque esto es lo único que tenemos para hacer, la sexualidad es la función más importante pues de ella depende la conservación de la especie.
Los humanos tenemos dos características que combinadas generan un resultado digno de comentario.
1º) Para los humanos es muy importante ponernos de acuerdo, negociar, resolver los conflictos que tenemos con los demás y con nosotros mismos.
2º) Los humanos reprimimos culturalmente nuestra sexualidad.
Buscar «coincidencias» tiene en el coito (coincidencia del pene y la vagina) la simbolización perfecta, pero como la cultura reprime la copulación, también tenemos conflictos por la represión sexual pues, indirectamente son reprimidas las coincidencias.
(1) La compulsión a la repetición
La gestación de hijos ideales
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