La anatomía genital de varones y mujeres, hace que ellos
sean más conservadores del dinero y que ellas lo gasten más libremente.
En un artículo ya publicado, (1) dije:
« Hombres y
mujeres pensamos el dinero de forma diferente».
Para
justificar esta aseveración quiero retomar algo que les adelanté en ese mismo
artículo (1) en cuanto a que:
« Parto de
la suposición de que el cuerpo es el máximo determinante de cómo somos porque
funciona como la antena que recibe las señales de la naturaleza, la que, en
definitiva, determina todos y cada uno de nuestros acontecimientos,
sensaciones, vivencias.»
Tomando
como dato fundamental que la única misión que tenemos los seres vivos es
conservarnos individualmente y como especie (2), entonces los órganos genitales
son especialmente valorados. Tanto en hombres como en mujeres.
Sin
embargo, el pene parece más expuesto que la vagina por el simple hecho de que
sobresale y el temor de que sea cortado puede constituirse (y de hecho así
sucede) en miedo a la castración.
El dinero
es un instrumento que se asocia con el pene apelando a su poder productor
(reproductor) de bienes, industrias, comercio, transformaciones, negocios,
cambios.
Por lo
tanto, si aceptamos que el dinero puede simbolizar (representar) lo que
produce, entonces también puede simbolizar y representar a lo que reproduce.
Estas
consideraciones, que difícilmente están alojadas en la conciencia colectiva y
que apenas suele estar en los conocimientos de quienes estudiamos el
psicoanálisis, nos permiten proponer como hipótesis que los varones podrían ser
más conservadores del dinero que las mujeres, porque ellos sienten que el
dinero tiene un valor fálico que debe ser protegido pues ese órgano es
imprescindible en la única misión: reproducirnos.
Por su
parte las mujeres, que no tienen ese temor, se permiten gastar el dinero con
mayor libertad, desprendimiento, indiferencia.
Otras menciones del concepto «dinero y pene»:
(Este es el
Artículo Nº 1.553)
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