Efectivamente tenemos una parte inmortal, pero no es el espíritu según propuso Descartes sino nuestra sexualidad.
Copio y pego algo publicado en otro artículo (1)
«Quienes tenemos la vocación de jugar con el pensamiento, encontramos ideas interesantes, divertidas, graciosas, paradojales.
Muy frecuentemente lo absurdo ubicado dentro de un razonamiento es lo que le da ese rasgo atractivo a la idea original.
En este caso les comento una idea curiosa que cuenta con méritos suficientes como para ser razonable y, en el mejor de los casos, también útil.»
La idea de este artículo refiere a que la inmortalidad existe para quienes cambien su punto de vista.
Necesitamos una definición de Wikipedia (2):
«En atletismo, las carreras de relevos o postas son carreras a pie para equipos de cuatro componentes o más, en las que un corredor recorre una distancia determinada, luego pasa al siguiente corredor un tubo rígido llamado testigo y así sucesivamente hasta que se completa la distancia de la carrera. El pase del testigo se debe realizar dentro de una zona determinada de 20 metros de largo y sin que el mismo caiga al suelo.»
Pues bien, los humanos somos corredores de relevos porque estamos llevando de un punto a otro nuestra capacidad reproductiva que se expresa mediante la sexualidad.
Cada uno lleva de una generación a la otra esa esencia vital para que la especie no se extinga.
La sexualidad es nuestra parte inmortal. Casi todo nuestro cuerpo es el vehículo, el medio de transporte que sí es mortal. Todos poseemos la inmortalidad en tanto portadores de lo que permita reproducirnos.
En suma: Cuando Descartes propuso que los humanos tenemos una parte material mortal y otra espiritual inmortal (3), habló metafóricamente, quizá porque en su época la represión sexual era máxima. Nuestro espíritu es la sexualidad.
(1) El remordimiento sin delito
(2) Wikipedia: Definición de carrera de postas o relevos
(3) El dogma del dualismo cartesiano
Pienso, luego ... sigo pensando
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