sábado, 6 de abril de 2013

Nuestro inconsciente visto en los otros




Para nuestra conciencia los demás tienen las particularidades nuestras que mantenemos en el inconsciente por impresentables, antisociales e irresponsables.

Las personas raras, extravagantes, atípicas, muy diferentes al resto, especiales, suelen pagar un costo alto por su condición.

Los humanos recelamos de quienes, a pesar de parecer de nuestra especie, tienen sin embargo rasgos que los diferencian.

Recelamos y desconfiamos de los extranjeros, de los transexuales, de quienes tienen un color de piel diferente al nuestro, de los muy fuertes, de los muy débiles, de los muy feos o demasiado hermosos.

Cuando nos cruzamos con un semejante queda en evidencia que andamos por la vida aceptando solo a nuestros iguales y sobre todo a quienes nunca terminamos de encontrar: a los maravillosos idénticos a nosotros.

Claro que los factores exteriores son los más notorios y excitantes, es decir, provocadores de nuestra reacción, intolerancia, desconfianza.

Los otros factores, los menos visibles, también nos provocan algún tipo de reacción adversa, irritada, antisocial.

Pondré un ejemplo para explicar mejor a qué me refiero.

En un edificio de varios pisos elevados viven muchas familias. En este tipo de construcción es habitual que alguna pérdida de agua estropee el techo de la vivienda que está abajo.

Los habitantes de la unidad perjudicada pueden ser personas que, sin saberlo, tratan de evadir todo tipo de responsabilidad. Aunque suene pesimistas la mayoría de la población actual se imagina muy respetuosa de los derechos ajenos pero, insisto, sin darse cuenta, son fuertemente omisos, descuidados, indiferentes ante los intereses de los otros.

El perjudicado reclamará una veloz reparación de los daños sufridos, pero hay algo que ignora: Desconoce que si él fuera el responsable de hacer los arreglos intentaría evitarlo...por eso, no solicitará amablemente sino que exigirá con enojo sobreentendiendo inconscientemente que el vecino es tan irresponsable como él.

(Este es el Artículo Nº 1.846)

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