sábado, 2 de marzo de 2013

Aprendizaje juvenil obligatorio



 
Los jóvenes se obligan a saber de sexualidad aunque no se dan cuenta que lo están haciendo.

Compartiré con usted una idea para que la evalúe personalmente, prescindiendo de quienes dicen saber.

Los humanos aprendemos jugando.

Según digo en varios artículos reunidos en el blog La única misión (1), los seres vivos tenemos una única misión para cumplir, esta es conservarnos como individuos y reproducirnos para conservar la especie.

Según esta definición la sexualidad es la función más importante.

Los niños comienzan a masturbarse a los pocos meses de nacer, cuando descubren que los genitales tienen una gratificante sensibilidad especial.

Luego continúan esa práctica autoerótica pero en la adolescencia, niñas y varones descubren que existen otras prácticas que podrían ser más placenteras si se hacen con otra persona, preferentemente del sexo opuesto.

Los jóvenes, cuando alcanzan la maduración de sus órganos reproductores (alrededor de los 12 años), tratan de tener actividad sexual en forma de coito, para lo cual deben negociar un encuentro que, por ser demasiado emocionante, los pone nerviosos y tímidos.

Para participar en esta otra etapa de aprendizaje mediante el juego erótico suelen tomar alcohol para darse ánimo, para perder un poco la conciencia de lo que están haciendo pues acertadamente les parece más trascendente de lo que sus cortas experiencias les permite asumir.

Según creo (y les propongo pensar), la ingesta de alcohol es necesaria en nuestra cultura por cómo tratamos el tema «sexualidad» con ellos. Mejor dicho: casi nunca hablamos de sexualidad con nuestros hijos y alumnos.

Los jóvenes son muy severos entre ellos y desprecian a los jóvenes que pretenden no tomar alcohol como la mayoría.

Si bien los adultos nos escandalizamos por esa prepotencia de los «bebedores», no se descarta que lo hagan para que el aprendizaje de la sexualidad sea obligatorio.

(Este es el Artículo Nº 1.815)

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