sábado, 1 de diciembre de 2012

El erotismo de pedirle dinero al esposo



   
Cuando la esposa le pide dinero al esposo, inconscientemente le está pidiendo hacer el amor eyaculando en su vagina.

En otro artículo (1) propuse una idea, cuya síntesis al principio del artículo (copete, colgado), dice: «El sexo masculino es un Banco de Semen donde la Naturaleza deja depositados espermatozoides que las mujeres pueden retirar».

Esta ficción es una metáfora que intenta entender cómo nos relacionamos mujeres y hombres, no tanto en la cultura sino en la Naturaleza.

En la cultura predominan los vínculos en los que el varón detenta más poder político, físico y económico. La mujer parece ocupar un segundo lugar.

Ellos se encargan de traer el dinero necesario para los gastos de toda la familia y ellas se encargan de la crianza de los hijos y de las tareas propias del hogar: alimentar, vestir, higienizar.

Según la idea del artículo mencionado, fuera de la cultura los varones son esa especie que guarda algo de las hembras (los espermatozoides), para entregárselos cuando ellas lo soliciten, trámite que en los hechos consiste en seducir al banquero, provocarle una erección del pene, hacerse penetrar en la vagina y estimularlo (¿ordeñarlo?) hasta que entregue el retiro de espermatozoides que solicitó (eyaculación).

En la jerga bancaria, cuando un cajero entrega lo que el cliente viene a retirar de su cuenta, se dice que «el cajero pagó». Por lo tanto, cuando el varón eyacula en la vagina de la mujer, está «pagándole».

Nuestras familias hispanoparlantes son predominantemente tradicionales, con esa organización en la cual «el dinero es cosa de hombres». Es frecuente que en esas culturas el esposo sea el único que tiene acceso al dinero mientras que ella, cuando necesita cierta cantidad, tiene que pedírselo.

Para quienes ven esta costumbre como aberrante, recuerden que inconscientemente  ella está pidiéndole eróticamente semen.

 
(Este es el Artículo Nº 1.745)

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