martes, 12 de julio de 2011

Los límites humanos

Reconozco que no es una gran noticia pero hay que RECORDarla: Los seres humanos tenemos un límite máximo en nuestras virtudes y también en nuestras maldades.

La preocupación por la evasión de impuestos no es solamente del organismo oficial que en nuestro país se encargue de cobrar hasta la última moneda que la ley le autoriza.

Esta institución hace una tarea policíaca para que nadie deje de pagar lo que está obligado a pagar.

La evasión fiscal tiene un rango sancionatorio similar al robo y a la apropiación indebida. El Estado castiga con multas, clausuras, inhabilitaciones y encarcelamiento.

¿Por qué digo que la evasión fiscal no sólo le preocupa a esa antipática dependencia estatal?

Porque si usted tiene un comercio, industria o servicio que está compitiendo con otros similares, quienes logren evitar el pago de impuestos cuentan con recursos mayores que aquellos que pagan rigurosamente esos compromisos legales.

Una de las técnicas más frecuentes en la competencia desleal está en el no pago de esos tributos con lo cual es posible disminuir el precio de venta, destinar más dinero a la publicidad, hacer obsequios seductores a los clientes.

Por lo tanto, los incumplimientos fiscales no les hacen daño al Estado solamente sino también a los competidores.

Las prácticas de comercialización desleal son tan variadas como lo es la malignidad de los humanos.

Si me permiten la humorada, la buena noticia es que nadie puede ser inhumanamente transgresor porque todas las especies tenemos posibilidades limitadas.

Los humanos sólo somos malignos, transgresores y deshonestos hasta cierto límite.

Esto suena extraño porque a casi todos nos parece que siempre hay alguien que es más atrevido, audaz e impiadoso que otros ... y es cierto, pero nadie puede superar los topes a la inteligencia, velocidad, fortaleza, inescrupulosidad, impuesto por la naturaleza a nuestra especie.

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