sábado, 6 de agosto de 2011

La educación en valores

Una nación organizada en forma republicana representativa no tendrá en sus gobernantes a personas interesadas por la educación en valores de los ciudadanos sino en buscar el voto de la mayoría.

En algunos ámbitos académicos se hace un distingo entre las palabras «individuo» y «persona».

Se dice que un «individuo» es alguien que no tiene incorporadas las normas sociales, culturales, educativas, criterios de convivencia mientras que «persona» es alguien que aprendió y sabe cómo comportarse.

Para ser más sencilla diferenciación puedo decirles que un «individuo» es alguien que conserva los rasgos animales propios de nuestra especie mientras que «persona» es alguien que tiene esos rasgos tan disimulados que casi nunca aparecen.

El rasgo más importante que diferencia a un «individuo» de una «persona» es la capacidad de postergar la satisfacción de las necesidades o los deseos.

El control de los esfínteres (evacuar heces u orina cuando accede a un baño), esperar a que todos estén sentados a la mesa y quien cocina traiga la comida, hablar cuando los interlocutores están callados, son actitudes que ejemplifican a qué me refiero con la capacidad (disciplina) de postergar la satisfacción de las necesidades o de los deseos.

Los «individuos» están orgullosos de ser espontáneos, naturales, llanos, sinceros y las «personas» están orgullosas de tener en cuenta a los demás, de su capacidad para controlarse (postergar), de dominar la ansiedad.

Una y otra forma de ser están asociadas a la auto aprobación, que se refuerza por un rechazo profundo al otro grupo (los «individuos» opinan que las «personas» son afectadas, hipócritas, artificiales y estas opinan que los «individuos» son unos animales, brutos, maleducados).

En una organización política del tipo república representativa los «individuos» o «personas» son votantes por igual y los gobernantes apoyarán indiscriminadamente a quienes sean mayoría porque todos quieren ser reelectos.

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