sábado, 6 de agosto de 2011

El mercado capitalista y el mercado socialista

Aunque los gustos personales son decisivos en nuestras opciones, no está de más saber las características de las opciones.

Quienes se enfrentan al mundo real que nos ofrece el mercado de trabajo, dentro del cual circula el dinero que necesitamos obtener para solventar los gastos propios y de nuestra familia, podemos dejarnos llevar por lo que hace todo el mundo o podemos tomarnos el trabajo de hacer nuestra propia observación, investigación y reflexión para luego tomar decisiones resultantes de las conclusiones que logre producir nuestra inteligencia.

— Si optamos por seguir a la mayoría, accederemos con bastante seguridad a un conjunto de oportunidades rentables pero que se reparten entre muchas personas.

— Si optamos por crear nuestras propias fuentes de dinero, tendremos menos seguridad de éxito pero lo que encontremos nos tendrá como únicos beneficiarios.

En términos más generales existe una proporción inversa entre seguridad y rentabilidad: a mayor seguridad menos rentabilidad y a menor seguridad mayor rentabilidad.

Los fenómenos que ocurren dentro del mercado capitalista poseen una lógica bastante entendible al punto que para muchos ofrece un modelo de justicia distributiva cuando esta justicia tiene en cuenta la capacidad, fortaleza, resistencia, ingeniosidad.

Por el contrario el mercado capitalista con su lógica bastante entendible NO ofrece un modelo de justicia distributiva cuando esta justicia tiene en cuenta lo que cada uno de los agentes necesita.

El mercado capitalista le da más a quien aporta más y menos a quien aporta menos. El mercado socialista le da más a quien necesita más y menos a quien necesita menos.

El mercado capitalista profundiza las diferencias naturales que todos tenemos y el mercado socialista compensa la diferencias naturales que todos tenemos.

Si tomamos en cuenta el natural egoísmo de nuestra especie, el mercado capitalista estimula el esfuerzo personal y el mercado socialista lo desestimula.

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