Las mujeres son muy
selectivas cuando piensan embarazarse, pero para practicar sexo recreativo son tan poco selectivas como los hombres.
En varios artículos (1) he
mencionado una idea que me parece bastante aceptable.
Se refiere a que es la mujer
la que elige al varón que será el padre de sus hijos.
Esta conducta puede
constatarse por la estricta selectividad que aplican entre los varones que le
ofrecen su simiente mediante infinitos cortejos, exhibiciones, promesas.
Según creo ellas tienen un
sexto sentido para elegir aquellos varones que tengan la mejor dotación
genética que mejorará la especie al combinarse con la dotación genética de
ella.
Esto explica por qué suelen
vincularse sexualmente con pocos varones mientras que los varones solemos
vincularnos sexualmente con muchas mujeres y de forma poco selectiva.
Los varones atendemos las
convocatorias que podamos recibir y las mujeres reciben nuestro ofrecimiento
como si fuéramos mercadería que se promociona.
Sin embargo, en otro artículo
(2) comenté que los adolescentes de ambos sexos suelen practicar juegos
sexuales con el objetivo de divertirse mientras aprenden.
Acá las jovencitas son menos
selectivas porque decididamente jugarán protegiéndose de un posible embarazo.
Las mujeres en general pueden
tener relaciones sexuales con cualquier varón que les caiga bien, sin aplicar
criterios selectivos muy estrictos, porque no están actuando con un objetivo
reproductivo.
Ellas tienen que ser muy
selectivas con el futuro padre de sus hijos pero pueden practicar sexo recreativo casi
con cualquiera que la ocasión le permita.
Las mujeres pueden «jugar» con varios hombres cuando viajan
a un congreso, con algún compañero de trabajo, en una despedida de soltera, sin
que se sientan inhibidas. Al menos así actúan cuando tienen la madurez
emocional suficiente, pues si su moral las hace pensar que siempre están reproduciéndose,
entonces tendrán tantas dificultades para jugar como para procrear.
(Este es el Artículo Nº 1.816)
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