Los ciudadanos, sobreprotegidos
por los Estados o la Medicina, tenemos la edad o las actitudes de los ancianos.
Nada de lo que haga la Naturaleza puede ser
superado por una parte de la Naturaleza. Esto es como decir que «todo siempre es mayor que una parte
de ese todo».
Por lo
tanto, si los humanos somos parte de la Naturaleza nunca podremos superarla en
nada. Lo que sí puede ocurrir, (y de hecho ocurre), es que como somos más
imperfectos que Ella nuestro pobre cerebro piensa que la superamos.
Con esta
cabeza humana que tengo, quiero hacerles un comentario para las otras cabezas
humanas que quizá lean este artículo.
La
longevidad no es algo que parezca beneficiar a las especies.
Los
ejemplares más viejos funcionamos como un lastre que enlentece la evolución de
las especies.
Sin
embargo, no podemos negar que enlentecer un proceso puede ser algo beneficioso.
No todo lo rápido es mejor que lo lento.
Por
ejemplo, los mayores de 60 años quizá tenemos el rol de seguir haciendo algunas
cosas mientras los jóvenes maduran hasta la edad en que pueden ser
verdaderamente útiles, (mayores de 30 años).
La
evolución entre los humanos es o parece lenta.
Desde hace
unos años los gobernantes han adoptado la moda de sobre-proteger a los
ciudadanos, al punto de hacer cosas por ellos que solo les conciernen a los
propios interesados (1). Me estoy refiriendo a la obligación de los pasajeros
de usar casco y cinturón de seguridad.
Por su
parte, la Medicina agrega varias amenazas «protectoras» (tabaquismo, carnes
rojas, sedentarismo).
Los
veteranos nos cuidamos más que los jóvenes. Si estos están obligados desde el
Estado y la Medicina a cuidarse como si fueran viejos, terminamos en lo que
estamos: Los ciudadanos tenemos la edad o las actitudes de los ancianos.
(Este es el Artículo Nº 1.809)
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