El dinero es asociado inconscientemente con la sexualidad especialmente masculina en cuanto a la relación billetes-espermatozoides. La superstición sobre el elefante de la fortuna corrobora esta fantasía.
El elefante es un animal que nos conmueve con mucha fuerza.
Es extraño, fuerte, enorme, pacífico. Se lo asocia con la suerte, con valores positivos: resistencia, longevidad, gran memoria.
En la India es utilizado para infinidad de propósitos, desde el duro trabajo hasta su endiosamiento encabezando ritos para los que son profusamente adornados con polvo de oro, plata, diamantes.
También es el medio de transporte de los grandes personajes humanos.
Los psicoanalistas estamos predispuestos a considerar que lo más importante para el ser humano es conservar su vida y la de la especie.
Por este motivo, por esta premisa fundacional de nuestras creencias-hipótesis, no podemos evitar la suposición de que el asombro y fascinación que nos produce este animal tiene mucho que ver con su trompa (probóscide) que nos recuerda un pene.
En otro artículo (1) he mencionado que el dinero puede ser comparado con el semen y observen que existe una superstición en gran parte de la humanidad según la cual trae buena fortuna en lo económico tener un pequeño elefante de cerámica (o cualquier otro material), con la trompa hacia arriba (¿erecta?), con un billete arrollado dentro de ella y apuntando hacia el centro de la casa.
La psiquis de quienes así proceden, sienten que colaboran responsablemente con el bienestar propio y el de la familia, si son trabajadores, cumplidores, eficientes, ahorrativos y poseen un elefante de la fortuna, con su billete arrollado en la trompa, el que preferentemente deberían renovar todos los días 29 de cada mes.
En suma: Podría ser este otro ejemplo que confirma la asociación inconsciente del dinero con lo sexual, con lo productivo y con lo reproductivo.
(1) Los espermatozoides monetarios
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